Hoy ganaré a Usain Bolt

septiembre 1, 2008

Siempre se me han dado mal los deportes. Yo era de ésas que, cuando llegaba la hora de aquello que se empeñaban en denominar ‘Educación Física’, en lugar de alegrarse, pensaba en la manera de escapar.

Escribir de asuntos deportivos tampoco es lo mío: para qué negarlo. Quién sabe si algún día lo haré, pero siento que no está en mi sino. Pocas veces, así las cosas, me atreveré a escribir de competición física alguna. No soy docta en la materia ni pretendo serlo.

Sin embargo, algo me ocurre cuando llegan los Juegos Olímpicos. Da igual lo que sea: esgrima, salto del potro, baloncesto, tenis o natación sincronizada… Durante unos días, me convierto en una devoradora implacable de retransmisiones en directo, programas de resumen de las jornadas y entrevistas a los medallistas del día; por unas semanas, incluso, leo las páginas de ‘Deportes’ de los diarios, ésas que ni huelo el resto del año, y defiendo con ardor mis opiniones sobre éste o aquel atleta. Como si realmente supiera algo de todo ello.

Y es que, a pesar de todo, ¿quién no ha soñado alguna vez con llegar más alto, ser más fuerte o correr más rápido? Por eso, hoy me cuesta tanto renunciar a dejar atrás Pekín; por eso este 1 de septiembre quiero empezar el curso bien y cerrar el verano a lo grande. Hoy ganaré a Usain Bolt, hoy me reiré de mis límites.